Microsoft sorprendió a la comunidad gamer con un anuncio que marca un antes y un después en su servicio de suscripción.

Xbox Game Pass, uno de los productos más populares de la industria de los videojuegos, atraviesa la reestructuración más importante desde su lanzamiento: a partir de octubre, los usuarios deberán adaptarse a nuevos planes, beneficios y precios que impactan tanto a nivel global como en Argentina.
La suba histórica del plan Ultimate
El mayor golpe para los jugadores es el aumento del Plan Ultimate, que se encarece un 50% y se convierte en la suscripción más costosa de todas las plataformas actuales. Este plan, que ya era la joya de la corona de Microsoft, ahora incluye más de 400 juegos, acceso a todos los lanzamientos propios de Xbox desde el día uno, más de 75 estrenos anuales, EA Play, Ubisoft+ Classics y, desde noviembre, el beneficio de Fortnite Crew.
Microsoft justificó el incremento con la ampliación del catálogo y nuevas alianzas estratégicas, aunque la reacción de gran parte de la comunidad fue crítica: muchos usuarios consideran que el salto de precio compromete la accesibilidad del servicio y genera dudas sobre si realmente el contenido extra compensa el gasto mensual.
Nuevos planes: Essential y Premium
La compañía también anunció el fin de los planes Core y Standard, que ahora serán reemplazados por Essential y Premium.
- Game Pass Essential: pensado para los jugadores más casuales, ofrece acceso a más de 50 títulos, juego multijugador en línea y la posibilidad de jugar en la nube sin restricciones.
- Game Pass Premium: eleva la apuesta con más de 200 juegos, lanzamientos anticipados de títulos propios de Xbox, multijugador y menor tiempo de espera en la nube.
Ambas opciones buscan segmentar a la audiencia y ofrecer alternativas más accesibles frente al encarecimiento del Ultimate, aunque las diferencias de catálogo y beneficios pueden hacer que muchos jugadores se vean obligados a subir de plan para no perder acceso a determinados contenidos.
Impacto en Argentina
La reestructuración no se limita a Estados Unidos. En Argentina, los precios quedaron establecidos en $8.999 (Essential), $11.999 (Premium) y $24.999 (Ultimate).
El ajuste refleja tanto el contexto económico global como la situación local, donde la brecha entre poder adquisitivo y costos de entretenimiento se hace cada vez más evidente. Si bien el PC Game Pass también registra aumentos, se mantiene relativamente competitivo frente a otros servicios internacionales, lo que podría ser una oportunidad para los jugadores que priorizan el gaming en computadora.
Más beneficios, más contradicciones
En paralelo con la suba, Microsoft renovó su sistema de recompensas: los jugadores podrán sumar puntos completando misiones y desafíos diarios, que luego podrán canjearse por tarjetas de regalo o donaciones. Según el plan, el límite de acumulación varía: 25.000 puntos en Essential, 50.000 en Premium y hasta 100.000 en Ultimate. Esto incentiva a optar por la suscripción más alta, pero al mismo tiempo deja a los usuarios esporádicos con menos margen de beneficio real frente al gasto.
Sin embargo, las novedades no estuvieron exentas de polémica. Algunos jugadores señalaron contradicciones: por ejemplo, el beneficio de “lanzamientos desde el día uno” no aplica a todas las franquicias. El caso más mencionado fue el de Call of Duty, que no estará disponible de forma inmediata pese a formar parte del ecosistema de Xbox tras la compra de Activision Blizzard.
A eso se suma que muchos de los beneficios extra provienen de alianzas externas —como EA Play, Ubisoft+ y Fortnite Crew— lo que despierta dudas sobre la dependencia de Xbox en acuerdos temporales que podrían no sostenerse en el tiempo.
Un cambio que redefine el modelo de negocio
Más allá de las quejas, la estrategia de Microsoft parece apuntar a consolidar su servicio como el más completo del mercado, reforzando el ecosistema Xbox y presionando a sus competidores. Con más de 400 juegos disponibles en Ultimate y la integración de títulos third party, Game Pass se mantiene como una propuesta de alto valor, aunque ahora no todos los bolsillos podrán sostenerlo.
El gran desafío será ver si los jugadores aceptan el incremento como un mal necesario para sostener un servicio en expansión, o si la fuga hacia alternativas más económicas —como Premium, Essential o incluso la competencia— se convierte en un problema para la compañía.
En Argentina: ¿lujo o inversión?
En el mercado argentino, la suba genera un debate particular: ¿pagar $24.999 por mes es viable en un país donde los salarios no siempre acompañan la inflación del entretenimiento digital? Para muchos, la respuesta dependerá del uso que se le dé al servicio. Quienes consumen varios estrenos mensuales pueden encontrar en Ultimate una inversión rentable; quienes juegan de manera más casual podrían inclinarse por Essential o Premium, o incluso buscar alternativas locales más económicas.
Una comunidad expectante
El cambio en Game Pass no es solo una cuestión de precios: también toca fibras sensibles en la comunidad gamer, que había convertido a este servicio en uno de los favoritos por su accesibilidad y variedad. Microsoft asegura que este paso es necesario para sostener la calidad y ampliar beneficios. Los jugadores, en cambio, observan con desconfianza y esperan que la compañía cumpla lo prometido sin más sorpresas negativas.
Lo cierto es que la industria del gaming vive un momento de transformación, donde los servicios de suscripción son protagonistas y la batalla por captar usuarios se libra mes a mes. En ese escenario, la decisión de Microsoft de subir los precios y reestructurar Game Pass puede ser vista tanto como una apuesta audaz como un riesgo. El tiempo y la respuesta de los jugadores dirán si el movimiento fue acertado.